"Lunes" es casi una mala palabra para mucha gente
porque significa volver a trabajar. Pero
Csikszentmihalyi ha detectado una paradoja: el
trabajo es más propicio que el ocio para alcanzar lo
que él llama "estado de flujo" -algo que podría
interpretarse como la felicidad-. La clave está en
que, para mucha gente, el ocio es un tiempo
muerto y el trabajo, todo lo contrario. Tener
objetivos claros, poder gestionarlos y recibir un
feedback es clave para fluir.
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